Rosario narco: asesinaron de tres balazos a un chico de 12 años que custodiaba un búnker de drogas

Protegía el lugar desde la terraza. Dos hombres en moto llegaron y le dispararon a quemarropa. El padre declaró que no sabía por qué su hijo estaba ahí.

La guerra narco que azota a la ciudad de Rosario se cobró en la noche del jueves la vida de un chiquito de 12 años, que, armado, hacía de custodio en un búnker de de drogas en el barrio «Ludueña». Tres balazos, uno de ellos en el ojo, dieron muerte al pequeño que había nacido en Chaco y que junto a su familia se había trasladado a la ciudad en busca de una vida mejor.

«De acuerdo a los indicios recolectados hasta el momento la víctima sería un -soldadito- que custodiaba un lugar dedicado a la venta de drogas», declaró la fiscal Marisol Fabro a la radio LT8.

Todo ocurrió alrededor de las 22.30, en una casa deshabitada ubicada en la calle Magallanes 354 bis, donde funcionaba el «quiosco» narco. En la terraza de la propiedad estaba Rolando Adrián Mansilla, el pequeño «custodio». Contaba con un colchón, un brasero y un revólver. Oyó disparos, posiblemente efectuados para llamar su atención. Cuando se asomó para ver qué pasaba, recibióun tiro en el ojo izquierdo y dos en las piernas. Eran dos sujetos a bordo de una moto. La muerte llegó instantánea.

Adrián trató de defenderse, pero posiblemente el propio peso del arma y su inexperiencia para disparar le jugaron una mala pasada. Su único tiro dio en el auto de un vecino.

Precisamente uno de ellos, que convive diariamente con el drama de la guerra narco, declaró al diario La Capital: «Nosotros no miramos más películas de acción en la tele. Nos asomamos a la ventana y vemos cómo dos por tres pasan y tirotean la puerta del búnker. No quisieron robar. Estos vinieron a matar. Era ese pibito o el que fuera. Todos sabemos que un muerto en un búnker lo saca de funcionamiento, al menos por un tiempo».

El búnker donde murió el chico había sido allanado en varias oportunidades. Una de ellas ocurrió en 2014, en un operativo de la Prefectura Naval que incluyó la presencia del secretario de Seguridad, Sergio Berni. Las puertas del lugar habían sido soldadas por los vecinos para evitar que los narcos retomaran el control. Por eso las marcas de bala de diversos calibres.

«La vivienda se encontraba con todas sus ventanas y puertas de accesos soldadas. El chico estaba ahí, como se denomina en la jerga, como un -soldadito- custodiando el lugar», agregó la funcionaria judicial.

En el lugar los policías encontraron al pequeño cuerpo aferrado a una bomba tipo molotov. Había también un bidón de nafta y varias vainas servidas calibre 22.

El padre de la víctima, un hombre de 34 años, declaró en la comisaría que desconocía por qué su hijo estaba en ese lugar. Las actuaciones sumariales se encuentran a cargo de la

comisaría 12, con intervención de la fiscal Fabro, de la Unidad Fiscal de Homicidios Dolosos de los tribunales provinciales de esta ciudad.

Este crimen se inscribe en las decenas de muertes provocadas por la guerra entre narcotraficantes que han copado áreas de la ciudad. Una de las bandas predominantes es la de «Los Monos»,comandada por la familia Cantero, y cuyo presunto líder está detenido.

Fuente: infobae.com

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