Liberan al acusado de matar a su madre y esconder el cadáver en el placard
Matías Lavaggi fue absuelto tras el juicio. Estuvo preso dos años en la cárcel de Ezeiza.
El tribunal número 22, integrado por los jueces Ángel Gabriel Nardiello, Patricia Cusmanich y Sergio Paduczak, absolvió a Matías Ezequiel Lavaggi, quien pasó más de dos años detenido en la cárcel de Ezeiza, acusado de «haber dado muerte a su madre, Rosa Santa Umeres». Según se detalló, lo habría hecho «para sustraerle bienes personales y familiares que se hallaban en el domicilio de Avenida Brasil 3057 departamento 6°», de la Ciudad de Buenos Aires.
De acuerdo con la imputación, el crimen habría ocurrido el 6 de noviembre de 2010, «pero el cuerpo no fue hallado hasta el día lunes 8 siguiente, cuando su esposo, Jorge Ricardo Lavaggi, abrió la puerta de la habitación y la del ropero en el cual había sido colocado, la que se hallaba trabada con un alambre«.
La familia del acusado describió una tirante situación familiar, que el propio imputado limitó a que su padre no toleraba su condición de homosexual. Pero más allá de eso el tribunal determinó que «los elementos colectados no permiten corroborar de modo fehaciente la ocurrencia del evento traído a juicio», lo que derivó «en un cuadro de incertidumbre tal que ha impedido alcanzar la certeza de modo de avanzar sobre la situación procesal del encartado».
Del juicio surgió que «la muerte de Rosa Santa Umeres fue producida por congestión y edema agudo de pulmón», y que «no resulta posible con los elementos de estudio tanatológicos obrantes al momento, descartar la participación de terceras personas en el proceso mortal».
Pero ello es insuficiente para una condena, pues «de todas las pericias médicas realizadas no se pudo establecer con certeza cuál fue la causal de muerte, ni siquiera si fue violenta o fue una muerte natural«, indicó la Justicia.
Añadió que «tampoco se pudo establecer las condiciones en que la occisa ingresó al placard, toda vez que desde el punto de vista médico y pericial no se halló ningún rastro ni en el cuerpo ni el lugar de los hechos que la víctima hubiera sido arrastrada o movida». «No hubo una sola declaración que aportara elementos para sostener una participación en el hecho que se le imputa», subrayaron los jueces.
De los testigos, «ninguno vio a Matías Lavaggi el día de los hechos y ni siquiera sabían si tenía llave o no del hogar parental, por lo que todos esos testimonios más que describir una situación familiar, no aportan datos desde el punto de vista probatorio como para sostener una condena en contra del imputado».
Y tampoco se pudo «probar con la exigencia que esta etapa pretende de qué forma Lavaggi accedió a los electrodomésticos –un termotanque nuevo sin colocar, un lavarropas, un secarropas, una lustra-aspiradora, un equipo de música, un televisor, un teléfono celular, además de una tarjeta de débito, documentación personal y dinero en efectivo–, si fue un acuerdo con la madre o fue por la fuerza que se los quería llevar».
«Pensemos en un escenario moralmente reprochable, como es el que Lavaggi consigue llegar a la casa de su madre conociendo los movimientos de la casa y sabiendo que ella se encontraba a solas. Discuten acaloradamente. Esa discusión genera un problema de salud que acarrea la muerte natural de la víctima, en las propias narices de su hijo, quien decide ocultar el cuerpo en el placard y concretar su plan inicial de llevarse efectos de ese hogar que no le pertenecían», hipotetizó el tribunal.
«Esa escena desagradable no lo hace responsable del delito que se le imputa porque la muerte debe ser intencional. Si después de todo el debate no pudo ser despejada la posibilidad de la existencia de una muerte natural, entonces la duda lo beneficia, descartando también de plano la existencia de alguna muerte culposa. Ni siquiera tenemos la posibilidad de hablar de un abandono de persona ya que los médicos no pudieron determinar si el cuerpo fue movido, si se encontraba vivo o muerto dentro del placard, ni nada con certeza», resumió.
El tribunal añadió que «si el imputado tuvo una participación activa en dicha muerte, si hubo una pelea y la madre se descompensó –quien aparte era una persona que ya tenía una afección cardíaca– y murió, incluso si ya estaba muerta cuando arribó y sólo la escondió en el placardo ni siquiera estuvo ese día, son preguntas que no nos pudimos responder«. En consecuencia, el fallo absolvió al imputado y dispuso su inmediata libertad.
Fuente: infobae.com