El peronismo rechaza el proyecto oficial de reforma laboral: «No va a pasar por el Senado»

Lo anticipó Pichetto, jefe del bloque del PJ, en rechazo al artículo que apunta a un recálculo para las indemnizaciones. El macrista Pinedo defendió la ley: No quita ningún derecho.

La reforma laboral que impulsa el Gobierno y que acaba de ingresar al Congreso ya tropezó con su primer, y al parecer insalvable, obstáculo: el peronismo. Miguel Ángel Pichetto, jefe de la bancada del PJ, anticipó a Clarín su completo rechazo a la controvertida iniciativa: “No va a pasar por el Senado. No vamos a tratar ningún proyecto que perjudique el mundo del trabajo”.

El oficialismo es minoría en ambas cámaras del Congreso. Así, asoma improbable que la iniciativa pueda ser aprobada sin los retoques que reclame el peronismo.

En realidad se trata de tres proyectos distintos: uno de regularización de trabajadores no registrados, otro de creación de una agencia nacional de evaluación de tecnología de la salud y un tercero que propone la implementación de un sistema de pasantías para estudiantes.

El conflictivo es el primero, el de blanqueo. Es que en su artículo 37 propone una formula para el cálculo de las indemnizaciones por despido sin causa: excluye de la cuenta el aguinaldo, “los premios y/o bonificaciones, y toda compensación y/o reconocimientos de gastos que el empleador efectúe hacia el trabajador”.

Consultado por Clarín, Pichetto dijo: “Querer modificar el artículo 245 (de la Ley de Contrato de Trabajo, donde se fijan las indemnizaciones por despido) es una gran estupidez, un acto de provocación. Si quieren despedir gente pagando menos, vamos a decir que no. A cualquier cosa que sea un ajuste laboral le diremos que no”.

El rionegrino agregó: “Si es una ley de blanqueo no tienen por qué poner un modificación en las indemnizaciones. Es querer usar el blanqueo para flexibilizar los despidos. De ninguna manera vamos a tratar eso”.

Pero Federico Pinedo, presidente provisional del Senado, rechazó las objeciones de la oposición. No se busca bajar las indemnizaciones ni quitar ningún derecho”, subrayó el senador macrista.

Sostuvo, además, que la legislación actual no establece si el aguinaldo, premios y bonificaciones deben, o no, integrar el cálculo indemnizatorio, con lo que queda a criterio de cada juez.

“Se terminan aplicando diferentes interpretaciones para una misma ley. Lo que queremos es que haya una regla única. No podemos tener un país donde cada juez decide el criterio indemnizatorio», observó a Clarín Pinedo.

Federico Pinedo es uno de los 6 senadores de Cambiemos que firma la iniciativa. La versión en el Senado es que en realidad el texto fue redactado por la Casa Rosada, pero que se optó que en vez de como una iniciativa del Poder Ejecutivo apareciera como una de los legisladores oficialistas. Es una estrategia que viene repitiendo este año, quizá para simular que las bancadas de Cambiemos en el Congreso tienen mayor autonomía. En caso de fracaso, además, la iniciativa no quedará en el debe del Gobierno en el periodo legislativo 2018.

En este caso puntual además le sirve a la Casa Rosada para aparentar que no está detrás de la reforma laboral.

Es que el año pasado la administración de Mauricio Macri se llevó un chasco del Senado: entendió que tenía atado un acuerdo para avanzar con un proyecto de reforma laboral (ese sí enviado por el Poder Ejecutivo), pero en noviembre sorpresivamente el peronismo se plantó y postergó su debate con el argumento de que la iniciativa no reunía el consenso necesario en el sindicalismo.

Aquella decisión fue una reacción a declaraciones públicas del camionero Pablo Moyano, que agitaba el fantasma de una “nueva Banelco” (una referencia al supuesto pago de coimas) detrás de la reforma laboral.

Aunque esta semana no mantuvo contacto con la conducción de la CGT, la decisión de Pichetto es la misma del año pasado: avanzar solo con una ley que cuente con el aval de la CGT.

Para la semana que viene solo hay prevista una reunión de asesores de las comisiones a las que se giraron los proyectos – Presupuesto, Trabajo y Salud-, lo que revela que el arranque del tratamiento será muy lento

Clarín

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