No todo está perdido

El pasajero de un taxi, en la provincia de La Rioja, olvidó en él, un maletín con 300.000 pesos.

Ricardo Agüero, el taxista que lo transportó, al día siguiente, abrió el baúl de su auto y se encontró con la sorpresa. Afortunadamente, recordaba qué pasajero había dejado ese maletín, y el recorrido que había realizado, de modo que se dirigió a la vivienda donde lo había dejado.

Al verlo, el pasajero no cabía en sí de la gratitud por la devolución de esa pequeña fortuna.

El taxista dijo que devolvió el dinero «porque uno ya es grande y sabe que tiene que ser así. Además yo trabajo con mis hijos en dos taxis que tenemos y vivimos de los pasajeros que siempre levantamos de la terminal o del centro. No ibamos a ser ni más ni menos ricos».

Felicitaciones a Ricardo, y que su ejemplo se repita.

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