Panamericanos: Balance final

Argentina obtuvo 15 medallas de oro y pocas decepciones.

En lo cuantitativo, la delegación nacional sumó 74 medallas, una menos que en Guadalajara 2011, y mantuvo el séptimo puesto en el medallero. Ante la ausencia de la pelota, deporte que hace cuatro años le había dado 4 oros, Argentina sumó 6 doradas menos que en 2011 aunque logró 10 plateadas más.

Con la ceremonia de clausura consumada en el Rogers Centre, es inevitable analizar dónde quedó parado el deporte argentino a nivel continental luego de los Juegos Panamericanos de Toronto. Los datos fríos marcan que Argentina terminó séptima en el medallero, con 15 oros, 29 platas y 30 bronces, lo que hace un total de 74 preseas. El ganador, como era de esperar, fue Estados Unidos (103-81-81) con 265 medallas, con el condimento extra de que Canadá, el local, le mojó la oreja en varias pruebas y terminó segundo con 78-69-70: esas 217 preseas fueron 98 más que en Guadalajara 2011, cuando fue quinto. Bestial.

Como ocurrió con 17 de las 41 delegaciones participantes, los atletas argentinos consiguieron medallas de todos los metales. Hubo éxitos que ratificaron procesos y triunfos que no se esperaban. Hubo derrotas que dolieron más que otras y caídas que rubricaron que queda mucho por mejorar. Ahora bien, si hace cuatro años Argentina también fue séptima, con 21 doradas, 19 plateadas y 35 de bronce (75, una más que en 2015), ¿quiere decir que no se avanzó?

Los especialistas remarcan que no hay que confundir cantidad con calidad. Y eso obliga a trazar un análisis cualitativo, más que numérico. Sobrarían argumentos para ratificar esa tesis que sostiene que el medallero es una cuestión algo capciosa. Un caso ejemplificador es que Canadá, por ser el organizador, eligió el programa de los Juegos. Y sacó a la pelota, deporte en el que Argentina había cosechado cuatro de los 21 oros de Guadalajara. De modo que si se descuentan esos oros de la pelota, Argentina ganó 17 doradas, dos más que ahora. El desafío pasa por mensurar cuánto vale cada conquista.

No es descabellado ni injusto decir que no todos los oros brillan por igual. Porque Argentina tuvo un crecimiento en algunos deportes de marca y tiempo que siempre la mostraban rezagada. En la natación, Federico Grabich dio el golpe dorado en los 100 metros libre, sacó plata en los 200 y obtuvo boletos a Río de Janeiro 2016. También deslumbró en 100 mariposa el pibe Santiago Grassi, quien sacó plata a los 18 años. Otra plateada que vale oro es la del garrochista Germán Chiaraviglio, quien logró el salto de su vida en la pista de atletismo de York: 5,75 metros y récord argentino después de nueve años y varias lesiones.

Hubo oros previsibles. Son los casos de los varones del hockey sobre césped, las patinadoras Giselle Soler (artístico) y Maira Arias (carrera), el tenista Facundo Bagnis, el dos sin timonel de los remeros Axel Haack-Diego López y el K2-200 de los palistas Rubén Rézola y Ezequiel Di Giácomo.

Hubo doradas que fueron batacazos y se festejaron a rabiar. Como la de la Selección masculina de vóleibol, claro. Como los triunfos de los karatecas Julián Pinzás y Miguel Amargos o el del dobles mixto de Irigoyen-Andreozzi, que debieron redoblar esfuerzos y jugar cuatro partidos en un día.

Mucho menos aparecía en los cálculos la victoria en beach volley de Ana Gallay y Georgina Klug, quienes eliminaron a Brasil en semifinales, y fueron históricos los tres oros del yachting con el J-24, el Lightning mixto (con Javier Conte, subsecretario de Deporte Federado y Alto Rendimiento de la Nación) y el 49erFX, de Victoria Travascio y María Sol Branz, quienes les ganaron a las brasileñas Martine Grael y Kahena Kunze, campeonas mundiales.

Hubo oros que se escaparon. Pasó en el judo con Paula Pareto, que perdió por un waza-ari en tiempo extra de la final, y con el doble par de Rodrigo Murillo y Cristian Rosso en remo. En el ciclismo de pista, el campeón olímpico Walter Pérez no pudo correr la final de la persecución por equipos, pero fue plata y se convirtió en el máximo medallista argentino en actividad en los Panamericanos (9).

Hay segundos puestos para ponderar, como el de las chicas del handball, que serán olímpicas por primera vez en Río 2016, el golfista Tommy Cocha, la boxeadora Dayana Sánchez, los tiradores Fernando Borello, Amelia Fournel, Melisa Gil y Fernanda Russo (15 años) y el salto por equipos en equitación, plata en Panamericanos por primera vez desde 1963 y con clasificación a los Juegos Olímpicos.

Pero no todos los podios fueron iguales. Con recambio, Las Leonas perdieron la final en el único partido difícil que tenían. El taekwondista Lucas Guzmán, que llegaba con aspiraciones de oro, fue bronce, al igual que Germán Lauro, que podría haber luchado por la de plata y fue tercero en lanzamiento de bala.

No tuvieron sus Juegos soñados los gimnastas Federico Molinari y Nicolás Córdoba, Braian Toledo (cuarto en jabalina) ni el seleccionado masculino de básquetbol (quinto).

Que Argentina haya sumado en 24 de los 35 deportes en los que participó refleja que se fue ampliando la base de la pirámide, con apoyo a deportes poco populares como el squash (bronce del equipo masculino) y el racquetball (platas en single y dobles femeninos). No alcanzó para mejorar en el medallero, pero sí para irse con optimismo de cara al futuro.

Fuente: Clarín

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