El pastor se sentó frente al fiscal de San Martín Jorge Castagna y ensayó una defensa en dos frentes: por un lado, negar los abusos. Por el otro, denunciar que todo es un invento de la madre de la denunciante porque «está enamorada de él, y él no le corresponde ese amor».

La historia empezó a escribirse cuando una menor de 16 años y su madre se presentaron en una comisaría a denunciar que un pastor evangélico de 44 años había abusado de la menor en reiteradas ocasiones.

Los abusos, según el relato, fueron en un hotel alojamiento. La menor le contó al fiscal, que el pastor la llevó al hotel «por la fuerza y bajo amenazas». La primera vez, como ella era virgen, no pudo accederla, y desistió de su accionar. La segunda vez consumó el abuso.

Según el fiscal, el delito está consumado porque el consentimiento de la menor estuvo viciado. En su indagatoria, el pastor se defendió con un argumento insólito: «Todas están enamoradas de mí, incluso la madre de esta piba, pero yo a la chica no le hice nada».

Lo concreto es que en el primer abordaje, el pastor capturó a la menor cuando la chica iba al colegio. «El imputado se aprovechó de la inexperiencia sexual de la menor y eso basta para probar el delito», dijo una fuente judicial. Al pastor lo detuvieron en Villa Tesei.

El operativo fue realizado por policías de la DDI Tres de Febrero, con la colaboración de sus pares de San Martín y de la Jefatura Departamental San Martín.

Según los investigadores, el acusado «se hacía pasar por un tío de la nena, y en varias ocasiones, fue a buscarla a la escuela más temprano para llevarla a un hotel de alojamiento de Bella Vista, donde la sometía sexualmente».

El sospechoso era el «encargado» de un templo de una iglesia evangélica, llamada «Jesús está Aquí», en la calle Camargo de Villa Tesei.

Ante el fiscal, hizo la mismo que hacía en el templo. Se vendió como «un galán irresistible», pero del abuso no dijo nada. Por ahora seguirá preso. El fiscal se encamina a pedir su prisión preventiva.

Fuente: minutouno.com