Roger Waters regresa a la Argentina: detalles de dos conciertos históricos

El ex Pink Floyd realizará sus shows en el Estadio Único de La Plata. Lo hará después de pronunciarse contra Jair Bolsonaro en Brasil y a favor de la causa palestina en Uruguay.

«Nosotros y ellos«, de eso se trata todo. «Us + Them«, así bautizó Roger Waters a su última gira, la que lo tiene llenando estadios por Sudamérica y la que lo traerá al Estadio Único de La Plata el próximo martes 6 y sábado 10 de noviembre. No faltarán los clásicos de Pink Floyd ni tampoco las canciones de su etapa solista.

El tema que da nombre al tour es de 1973 (del disco The Dark Side of the Moon), pero sigue tan vigente como toda su música. Según Waters, el set list incluirá «una mezcla de material de mi larga carrera, cosas de mis años con Pink Floyd y algunas canciones nuevas».

Fue específico al declarar: «Probablemente el 80 por ciento será material antiguo y el 20 por ciento será nuevo, pero estará todo conectado por un tema general. Será un espectáculo genial, lo prometo. Va a ser tan espectacular como todos mis shows lo han sido».

La etapa latinoamericana, que comenzó el 9 de octubre en San Pablo, Brasil, y que concluye en 9 de diciembre en Monterrey, México, es la última de una serie de shows. Roger Waters había dado inicio a este tour en mayo del año pasado en los Estados Unidos, que atravesó Europa y Oceanía hasta llegar al hemisferio sur.

Así como sus shows con Pink Floyd, las actuaciones en vivo de Roger Waters se destacan por su compleja producción audiovisual y un sistema de sonido que apunta a lograr una experiencia única. Además de ofrecer una súper producción, el británico tiene una sensibilidad que traspasa el espectáculo en sí.

En marzo de 2012, Waters llegaba a la Argentina para ofrecer una docena de shows en el Estadio de River Plate. Unos meses antes, la periodista Gabriela Cociffi (directora editorial de Infobae) le había enviado una carta con un pedido de ayuda que nada tenía que ver con lo musical, el objetivo era humanitario. La inquietud había nacido de la necesidad de identificar a aquellos soldados argentinos caídos en la guerra de Malvinas que estaban enterrados como NN. Cuerpos sin nombre que yacían en tumbas anónimas, madres que no sabían en qué lápida llorar a sus hijos.

Según comentó Cociffi tiempo después, el mensaje cuyo asunto era «Carta desde Argentina», decía: «Hay 121 soldados no identificados. Como luchador por los derechos humanos y movimientos antibélicos le pedimos que ayude a estas madres de Malvinas que desde hace más de 30 años no tienen dónde dejar una oración o una flor». Waters respondió, el intercambio fue creciendo y cuando llegó al país no dudó en ofrecer: «Tengo una reunión con tu presidenta, decime qué necesitás que le pida».

Gracias a la intervención del músico, el gobierno de la ex presidenta Cristina Kirchner se puso a disposición de la causa y acompañó el proceso que ayudó a conocer la identidad de 90 soldados caídos en el Atlántico Sur. Finalmente, Waters, el coronel Geoffrey Cardozo, el veterano Julio Aro y Gabriela Cociffi, fueron distinguidos en Londres con Una Rosa por la Paz por su trabajo humanitario en esta causa.

En una carta de Waters a Sharon Halford, miembro de la Asamblea Legislativa de las Malvinas, él le explicaba: «Yo mismo me encuentro en esos dos lugares. Mi abuelo, Sapper George Henry Waters, 1890-1916, se encuentra en el cementerio británico de Maroeuil, cerca de Arras, en el norte de Francia, y mi padre, segundo teniente Eric Fletcher Waters, 1913-1944, aunque su cuerpo nunca se encontró, se conmemora en la placa 5 del Allied Memorial en Monte Casino en el sur de Italia».

Así, termina de comprenderse un poco más acerca de su interés por los soldados casi olvidados en Malvinas, cuando se refiere a su padre y a su abuelo: «Si alguno de estos dos hombres, mis antepasados, hubiera yacido en tumbas sin nombre, y hubiéramos tenido la tecnología para identificar sus restos, creo que mi abuela y mi madre habrían sentido una angustia indescriptible si sus cuerpos hubiesen languidecido sin marcar en algún campo extranjero… Por eso cuando Gaby me pidió que ayudara a impulsar una iniciativa para identificar a estos 121 muertos argentinos, acepté».

Parte de esa historia puede verse reflejada en The Wall, el documental que muestra una gira y también un viaje personal del músico donde reflexiona acerca de cómo la guerra lo afectó en su vida.

El sábado pasado, Roger Waters tocó con su banda en Curitiba, Brasil. «Nos dijeron que no podíamos hablar de las elecciones después de las 22 horas. Tenemos 30 segundos para hacerlo. Esta es nuestra última oportunidad para resistir el fascismo antes del domingo. Él no», dijo el británico sumándose a la campaña «Ele Ñao». Jair Bolsonaro fue diputado federal por 27 años en el estado de Río de Janeiro y a partir del lunes se convirtió en el nuevo presidente de Brasil.

Más de la mitad de los brasileños eligió a Bolsonaro (por sobre Fernando Haddad) en segunda vuelta y aunque Waters tenía claro en la que se metía al enfrentarlo, sintió la necesidad de dar una última alerta. A riesgo de ser detenido por desacatar la orden de no hablar de los candidatos presidenciales, el músico dio su parecer que coincide con el otro porcentaje, el de la minoría que se opone enfáticamente al flamante mandatario.

Bolsonaro es un ex capitán del Ejército que se hizo famoso por sus duros discursos de intolerancia y también por defender la dictadura que gobernó Brasil de 1964 a 1985. En realidad, niega que haya sido un gobierno dictatorial. Como político no se ha destacado especialmente e incluso fue repudiado por más de 150 mil personas que salieron a la calle, en su mayoría mujeres, el último 29 de septiembre bajo el lema «él no», como repitió Waters.

Motivos para ganarse el rechazo de Waters, amigo de las causas nobles y los derechos humanos, no le faltan. En 2014, Bolsonaro dijo en Diputados que no violaría a su colega Maria do Rosário, del Partido de los Trabajadores (PT). ¿La explicación que dio? «No mereces ni que te violen, eres muy fea».

Siempre a favor de las víctimas, el ex Pink Floyd tuvo un gran gesto durante su show en el Estadio Maracaná, realizado el pasado 25 de octubre. En esa ocasión invitó a subir al escenario a la familia de Marielle Franco, la concejal socialista asesinada en marzo, por desconocidos sicarios. Frente a la viuda de Franco, Waters dijo: «Marielle creía en los derechos humanos como yo, pero lamentablemente no todos creen lo mismo».

«Luche como Marielle Franco» rezaba la remera que Waters lució aquella noche que terminó entre aplausos de parte de los que gritaban «ele ñao» y abucheos de los seguidores de Bolsonaro. Sin miedo, en su show de San Pablo, el británico había dicho: «Estoy en contra del surgimiento del fascismo en todo el mundo, y como creyente de los derechos humanos, y eso incluye el derecho de protesta pacífica dentro de la ley, yo prefiero no vivir bajo el mando de alguien que dice que la dictadura militar es una cosa buena». Mientras, desde la pantalla gigante se leía «Resistir el neofascismo. En Estados Unidos, Donald Trump. En Hungría, Orbán. En Francia, Le Pen. En Austria, Kurz. En Reino Unido, Farage. En Polonia, Kaczinsky. En Rusia, Putin. En Brasil, Bolsonaro».

En Uruguay, Roger Waters tampoco perdió la oportunidad de bajar línea. Allí se hizo eco del derecho palestino a la autodeterminación y fue partícipe de la charla «Encuentro con Roger Waters: Palestina y los derechos humanos hoy». La liberación palestina es un tema que también inquieta a Waters y no quiso dejar pasar la oportunidad de demostrarlo.

Como dice su gira, desde el título, siempre hay un ellos y siempre hay un nosotros. Los próximos shows en Buenos Aires prometen temas de álbumes de la banda que compartiera con David Gilmour (The Dark Side of The Moon, The Wall, Animals y Wish You Were Here), un juego de luces como solo un Pink Floyd puede ofrecer y una sensibilidad a prueba de balas. Ante la duda, siempre es mejor estar del lado Roger Waters de la vida.

Infobae

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