Central dio el golpe en Brasil y puso un pie en cuartos

Copa Libertadores. Con gol de Marco Ruben le ganó 1-0 a Gremio. El equipo de Coudet fue superior y buscará sellar la clasificación el jueves 5 en Rosario.

Rosario Central derrotó 1 a 0 a Gremio en Porto Alegre en el encuentro de ida de una de las llaves de octavos de final de la Copa Libertadores de América. El gol del conjunto dirigido por Eduardo Coudet fue convertido por Marco Ruben.

El desgaste de la doble competencia, la exigencia física y anímica que representó el clásico del último domingo ante Newell’s y las sumatoria de lesiones hacían pensar en una parada complicada para el elenco rosarino. Sin embargo la visita hizo pie desde el arranque ante un muy modesto rival, que el último fin de semana había quedado eliminado en las semifinales del Campeonato Gaúcho.

Con el manejo y la pausa de Franco Cervi, el tándem José Luis Fernández-Javier Pinola haciendo un surco por el carril izquierdo y la peligrosidad de Marco Ruben, Central se hizo patrón del juego. Después de un primer aviso de Gremio (el ecuatoriano Miller Bolaños recibió de Douglas y dejó en el camino a Sebastián Sosa, pero Víctor Salazar le tocó el balón antes de que pudiera definir), el Canalla pegó a los 13 minutos: la defensa local falló ante un pelotazo largo desde la derecha y Ruben, de volea, fusiló a Marcelo Grohe.

La desventaja dejó en evidencia las limitaciones que Gremio ya había insinuado desde el pitazo inicial. Impotente para gestar juego e inseguro en defensa, permitió que los rosarinos se agrandaran. Más allá de una chance aislada de Bolaños (encontró un balón suelto en el borde del área chica tras un córner y lo tiró a las nubes), fue Central el que estuvo más cerca de volver a gritar. A los 43 minutos, Ruben le picó la pelota a Marcelo Grohe desde la medialuna y el travesaño le impidió festejar.

Pese a perder a Marco Ruben (no salió a disputar el segundo período por una molestia en uno de sus glúteos y fue reemplazado por Giovani Lo Celso), el conjunto de Coudet mantuvo el control en el complemento. Muy ordenado en el fondo y prolijo en el manejo de la pelota, con muy buenos 45 minutos de Walter Montoya, transcurrió el partido bien lejos del arco defendido por Sebastián Sosa y nunca pasó sobresaltos.

Del otro lado hubo un equipo tan elemental como impotente, que con el correr de los minutos y al ritmo de los murmullos y algunos silbidos que bajaban desde las tribunas se fue enroscando en sus propios nervios, pegó más de la cuenta y nunca puso en riesgo la victoria de su rival.

Este triunfo clave, festejado hasta el éxtasis por los alrededor de 2.000 hinchas que llegaron hasta el estadio Arena do Gremio, Central dejó encaminada una serie que intentará cerrar el jueves de la semana próxima en el Gigante de Arroyito.

Fuente: clarin.com

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