El pianista tenia 100 años y era uno de los máximos referentes del tango en el país, a la vez que se caracterizó por su impronta renovadora. Clásico y moderno, así era.

Un siglo de tango se fue con el último latido del corazón de Horacio Salgán, que murió hoy a los 100 años. Con este gran pianista, director de orquesta y compositor se nos va, sin dudas, uno de los máximos exponentes del genero local.

A la hora de los inevitables homenajes, muchos recordarán, antes que nada, «A fuego lento», tangazo si los hay, una pieza cumbre en la brillante carrera de un artista que, como pocos, conjugaba la tradición y una búsqueda renovadora en su sonido. El estilo Salgán destila ritmo, elegancia y -muchas veces- una clara impronta jazzera. A pocos como él le caben esa etiqueta de clásico y moderno.

Nacido el 15 de junio de 1916, Salgán brilló como compositor, intérprete y director de orquesta. Y ese talento quedó plasmado mejor que nunca en su inolvidable dúo con el guitarrista Ubaldo de Lío, por un lado con quien, a la vez, formó el célebre Quinteto Real, de gran impacto en la década del ’60; completaban la formación otros grandes como Enrique Mario Francini (violín), Pedro Laurenz (bandoneón) y Rafael Ferro (contrabajo).

Clarin