La caída en las ventas, los costos creciente de los alquileres y el aumento en los servicios públicos obligaron a muchos comerciantes a bajar sus persianas. minutouno.com recorrió la avenida Córdoba y confeccionó un mapa de las cuadras más afectadas.

La zona outlet de la avenida Córdoba, ubicada entre los barrios porteños de Villa Crespo y Palermo, cambió su fisonomía en el último año debido a la crisis que vive el sector comercial como consecuencia la caída en las ventas. A lo largo de las cuadras, se multiplican los carteles de alquiler en los locales que hasta hace un tiempo recibían a clientes que buscaban ropa de primera marca a un precio más bajo.

Las persianas bajas, los carteles de alquiler y los vidrios pintados con la leyenda de «liquidación por cierre» se multiplican a lo largo de la avenida Córdoba. De hecho, la cuadra con más locales vacíos es la que une las calles Pringles y Julián Álvarez: nueve locales en sólo cien metros.

En tanto, los comerciantes que resisten a los altos costos del alquiler y a la caída en las ventas despliegan diferentes estrategias de ventas para sobrevivir: 50% off en la segunda prenda, pagos en cuotas sin interés o descuentos en efectivo. Todo vale a la hora de retener clientes que son cada vez más prudentes a la hora de comprar.

«Hace años, los locales estaban llenos de clientes que venía a buscar precios más baratos en ropa de primera marca. Ahora, vendemos cada vez menos porque la gente busca marcas más baratas y va a otros centros comerciales», contó Mariela, una vendedora de lencería ubicada en la avenida Córdoba al 4.600.

Lo cierto es que en el último mes las ventas de los comercios minoristas cayeron 2,3% y acumulan una baja de 3,4% para los primeros cinco meses del 2017. A ello hay que sumarle los aumentos en los servicios públicos y en los alquileres.

Una muestra clara de esta crisis es el cierre del restaurante Río Cabaña, ubicado en la avenida Córdoba 4.943. Ese lugar solía recibir a los clientes que iban de compras a la zona outlet, pero sus dueños tuvieron que cerrar el lugar ante los números negativos que arrojaba el negocio.

«La gente guarda la plata y gasta sólo en lo necesario ante la incertidumbre económica. Muchos van a Once o a la avenida Avellaneda a buscar precios más baratos, pero no es la misma calidad de ropa que tenemos acá», analizó la empleada.

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