Con una ceremonia rockera, volvieron Los Ratones Paranoicos y dieron un gran show

La banda liderada por Juanse volvió a reunirse luego de siete años y demostraron que la química entre sus músicos está intacta, al igual que el «aguante» de sus fanáticos que disfrutaron más de dos horas de un ardiente recital en el Hipódromo de Palermo.

Después de un impasse de siete años, Los Ratones Paranoicos -con sus miembros originales- volvieron a subirse a un escenario para hacer lo mejor supieron hacer: rock and roll que enloquece al público stone del país.

Pasadas las 19 de este sábado, la puerta del Hipódromo de Palermo comenzó a llenarse de jóvenes y adultos con sus zapatillas de lona gastadas, sus pañuelos retorcidos en el cuello y sus infaltables flequillos stone. Por la avenida Figueroa Alcorta llegaron los micros cargados de fanáticos que venían del Oeste, de La Plata y de la zona Sur.

Con los micros, también llegaron las banderas, las sombrillas, los bombos y los típicos cánticos que demostraban que hace años los seguidores esperaban esta histórica noche. «Años esperé para volver a verlos. Por suerte, ahora puedo venir con mi hijo y que vea los que es una verdadera fiesta del rock and roll», contó a minutouno.com un joven que ingresaba al hipódromo con su hijo de la mano.

El campo y las plateas desbordaban de fanáticos que pedían a gritos que la banda saliera a ese imponente escenario a tocar sus clásicos temas. Las luces se encendían y apagaban, jugando con las emociones de los rollingas. Los celulares y las cámaras ya estaban listas para registrar ese momento único: el regreso de los Ratones.

A las 21, se apagaron las luces, comenzaron a sonar los primeros acordes de «Ceremonia» y las 25 mil personas que estaban en el hipódromo dejaron salir esa euforia guardada por años. Volaron papelitos, se elevaron las sombrillas y las banderas flamearon a más no poder. Comenzaba un show inolvidable.

Ahí estaban ellos: Juanse (voz y guitarra rítmica), Sarcófago (primera guitarra), Pablo Memi (bajo) y Roy Quiroga (batería) tocando «Sucia estrella», «Sucio gas», «Una noche no hace mal» y «Ya morí». Las interpretaron de corrido, casi sin baches entre un tema y otro, sin darle respiro a ese público hambriento de rock.

«Una noche no hace mal. Y muchas más, menos», dijo Juanse, luciendo un saco dorado y deslizando la posibilidad de que este regreso no se limita a un único show. Una vez más, los fanáticos estallaron y ovacionaron al grupo.

Sarcófago tuvo su momento estelar durante el tramo más rockero del show, que incluyó los temas «Rock del pedazo», «Rock del gato», «La banda de rock and roll» y «El vampiro». Por su parte, Roy hizo su habitual solo de batería de tres minutos en «Boggie», con la banda afuera del escenario.

El show casi que ahorró en invitados estelares, pero lo tuvo a Fabián «El Zorro» Von Quintiero, ex bajista, acompañando con su teclado en «La calavera», «Juana de arco», «Líder algo especial», «Rainbow» y «Lo que doy». La banda estuvo también acompañada por Germán Wiedemer en piano, una sección de bronces y el trío de coro conformados por el grupo Boconas.

La química de la banda está intacta y se notaba en la cara de felicidad de los músicos cuando recibían el cariño de sus seguidores. «Vamos a ir mechando, porque estamos en el siglo XXI», dijo Juanse en referencia al paso de los años y sonaron los clásico «Isabel», «La Nave» y «Carolina».

El último tema de los bises fue «Enlace», donde se vio a un Juanse totalmente desaforado, trepándose a los andamios del escenario como si el tiempo no hubiera pasado. Vestido totalmente de negro y con unas llamativas zapatillas amarillas, Juanse estaba colgado con una mano del andamio, mientras con la otra sostenía el micrófono y cantaba el estribillo del tema.

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