Por: Soledad Perotti.

La euforia por el inicio de la copa mundial de fútbol en Rusia quedó en segundo plano tras una mañana histórica en nuestro país. El proyecto de Ley que busca la despenalización del aborto, obtuvo media sanción de la Cámara de Diputados.

Hoy Argentina dio un pasito más hacia la igualdad. Hoy las mujeres reivindicamos nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Si bien falta la aprobación de la cámara de Senadores, el impacto social que produjo este debate de más de dos meses es irreversible.

Nunca antes una problemática tocó tan profundo en los argentinos, nunca un debate había atravesado transversalmente a la población. No importó el género, la edad, la religión ni el partido político. Fuimos un colectivo empujando hacia un mismo fin.

En septiembre sería el momento en que la Cámara de Senadores vote la Ley. En caso de ser rechazada la lucha no va a detenerse, el impulso que generó la visibilización del tema no podrán frenarlo. Se acabó la vergüenza, se acabó el silencio, se acabó el tabú. Si se aprueba no vamos a correr a realizarnos un aborto, solo por diversión. No somos animales que “tienen cachorros y los regalan” como tristemente esbozó la diputada Estela Regidor. Tampoco se va a crear una industria de comercialización de fetos, eso no existe es ridículo.

Cuando votamos a nuestros representantes, estos deben identificar las problemáticas que más aquejan a la ciudadanía y elaborar proyectos para resolverlos. Pero para ello se necesita información, respeto y elocuencia. Algo que faltó en muchos casos en el recinto. Y no porque votaran en contra, sino porque elaboraron y/o colaboraron con la campaña de desinformación. Algunos argumentaron que los pobres no abortan, esos mismos que jamás recorren los sectores carenciados de sus provincias. Otros dijeron que de aprobarse, se iba a abortar a los 9 meses de gestación, cuando el proyecto claramente establece como límite la semana 14.

Queda todavía un largo camino por delante, no hay que detenerse en la promulgación (en caso de que la hubiere) Hay que exigir que la Ley Nº 26.150, que establece la educación sexual en las escuelas sea respetada en todo el territorio. Informemos a la población, acerquémosles los medios para que la interrupción del embarazo sea el último recurso, eso es lo que pedimos.

Basta de condena social, basta de desinformación, NO SOMOS ASESINAS. El aborto no es un método anticonceptivo, ni va a ser tomado como tal.

Hagan el ejercicio, miren más arriba de su nariz. Hablen del tema, infórmense y descubrirán que gente que conocen, una amiga, una hermana, una tía han pasado por esa situación. Escuchen su versión, encontraran factores comunes como la vergüenza, el miedo, la soledad y sobre todo la clandestinidad.
Terminemos con el negocio de quienes se llenan los bolsillos de dinero con nuestra sangre, para luego dejarnos morir en una guardia de hospital.

EDUCACIÓN SEXUAL PARA DECIDIR, ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR, ABORTO LEGAL PARA NO MORIR. ¡QUE SEA LEY!